lunes, 22 de junio de 2015

HOY, NO SÉ DE QUÉ ESCRIBIR






Hoy no sé de qué escribir. El día se está apagando y no logré hacer las tareas planeadas. No digo que fue un día estéril, pero no estoy conforme con mi rendimiento. En fin, ya vendrá otro día como siempre y espero ser más productiva. Tengo algunas horas escuchando música y leyendo algo de nuestros compositores, que le dieron prestigio. Hay canciones que me recuerdan etapas de la vida, algunas alegres, otras más o menos y ,algunas, traen a mi memoria eventos y personas, que de no ser por la música, estarían en el olvido, seguramente para siempre. Creo que soy afortunada de poder escuchar, leer y recordar.
Pues viéndolo bien, no tengo nada que reclamarle al día, si tiene que irse, pues adiós, yo me quedo con los momentos de hoy, a lo cual doy gracias, pues no quiero pensar, en la enorme cantidad de personas, que no  pueden tener estos momentos. 
No sé de qué escribir, me gustarían, temas  de actualidad. Que ahora los políticos dicen esto, se inconforman de lo otro, aprueban leyes cada vez mas incongruentes, los jornaleros, los maestros, los taxistas, las marchas gay, los defensores de los animales, etc., etc... Son temas que la verdad, no tengo ganas de pensar en estos momentos de tranquilidad (no hay remedio).
Mejor,  me gustaría seguir en lo que a mi entorno sucede, pude atender mis animales por la mañana.  
Y disfruté viendo las aguilillas, que están anidando en mi gran eucalipto. las golondrinas, que pasaban como pequeños aviones, surcando  por el cielo. La cantidad de avecillas, que llegan a los bebederos, que les preparé entre los árboles, "claro", fuera del alcance, de los diez gatos, que tengo de vecinos día y noche. Las chuparrosas, aleteando, a escasos centímetros de las gotas de agua cuando estoy regando el prado. La gran hilera de hormigas, que en
desfilesuben ramas, trepan paredes, atraviesan banquetas y solo ellas saben, qué están haciendo, pero seguramente lo hacen desde mucho tiempo igual. Mis gallinas, picoteando aquí y allá, comiendo tijerillas, cochinitos, arañas, caracoles, y  todo lo que se les atraviesa por su camino. De pronto, sin darme cuenta, llegó la noche. Todo se quedó silencio. Las gallinas, ya duermen en su gallinero. Los chivos, dejaron de berrear. Y el silencio, es interrumpido por otro tipo de sonidos, generados, por las grillos, que desde sus obscuros escondites, inician sus interminables cantos. Le siguen a lo lejos, las chicharras. Y uno que otro perro ladra a gran distancia. 
Pensé... bueno, creo que es hora de dormir y levantarme mañana con energía. Para, primero, dar gracias a Dios, e iniciar las ineludibles  rutinas diarias, para seguir con los trabajos del día.  Porque la verdad, no sé de qué escribir. Mejor me voy a dormir.

HASTA LA PRÓXIMA
LA PATRUZKI

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