En días pasados, fui al banco para pedir un estado de cuenta,
pues ya era hora de que me llegara. Y como normalmente nunca llega, o cuando de
suerte aparece en mi buzón, ya tiene por lo menos tres días que se venció. Sin
remedio, si quiero estar al corriente en mis pagos, tengo que ir al banco.
El asunto es, que esperando mi turno, vi pasar a un ejecutivo
con unos papeles. Y recordé, que siempre
que uno va a hacer algún trámite, primero te prometen una serie de cosas buenas
al aceptar cierto crédito, apertura de cuenta, seguros o lo que sea. Después,
te traen unos documentos con cuadritos para tu firma.
Si pretendes leer lo de esas hojas, la verdad es tiempo
perdido, pues ni les entiendes. Y lo peor del caso es, que si te pones a leer,
(como todo el mundo te recomienda, pero nadie lo hace), el ejecutivo hace su
asiento para atrás y te observa como pensando, “vieja taruga, ni le va a
entender, y de todas maneras las va a firmar”. Y tú, haciéndote la muy “sabionda”,
le das vueltas a las hojas, y llegas a donde están unas palabras, tan “chiquititas”,
que ni con los lentes las puedes leer….
Pero ya estás tan enfadada y aturdida, que firmas todas las
hojas, ya lo que quieres es salir de ahí. Lo malo es, que si algún día, tienes
alguna duda o reclamo, aparece el comentario, de las famosísimas letras chiquitas
que aparecen al pie de las hojas. Ahí dice, supuestamente, que ya te fregaste. Y
la pregunta que te hacen ¿no las vio cuando firmó?
Eso vino a mi mente, (pues ya tenía como media hora
esperando) y pensé: como están las cosas,
dentro del titipuchal de tiliches, que diariamente uno carga en la bolsa, ¡DEBES!,
forzosamente, incluir una lupa de mano. ¡DE VERDAD! No es suficiente el aumento de los lentes
normales.
Por curiosidad, me puse a ver documentos que uno maneja
frecuentemente y mi asombro fue mayúsculo. Casi la mayoría, incluían las famosas letras chiquitas. Después,
pasé a las promociones de los mercados y cosa igual, con letras chicas
(mantendremos la vigencia de la promoción hasta que…….).
Busqué, en los productos que utilizamos en la casa y una vez más,
aparecen estas letritas. Lo sorprendente es, que por lo general, existe suficiente
espacio, para que las letras sean de un tamaño legible, para la mayoría de las
personas.
Y lo peor del caso es, que posiblemente el 90% de las
personas, no sabemos lo que dice, o no las
hemos leído, (calculo personal, producto de la encuesta en la esquina del
micro).
La pregunta es: ¿porqué, y para qué se utilizan tan frecuentemente?
Yo creo, que algo ilógico debe ser el motivo, mi conclusión es, que no deben existir las “letras
chiquitas”. Ya que por lo general, no las podemos leer y son casi siempre una
forma de salir librado, de un posible problema de un producto, acción o lo que
sea.
Y la verdad, en algunos casos, son claras las intenciones de
fregarte.
……………………………..
HASTA LA PRÓXIMA
LA PATRUZKI
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