jueves, 2 de julio de 2015

LA FILA




No me refiero a ninguna marca de artículos deportivos, ni a algún aspecto de orden de cuadrantes geométricos en los programas de Excel. Quiero tocar el punto de las filas diarias, a las que estamos tan acostumbrados los humanos, sin importar estratos sociales, religiones, creencias, edades o lo  que sea.
Hoy precisamente cuando fui por las tortillas, me formé como casi todos los días en la fila, esperando mi turno para que me atendieran con mi pedido. Mientras estaba ahí, volteé y vi la fila de niños esperando pasar por la puerta de su escuela, muy arregladitos pues es día de festejos de fin de año. Esto trae a mi memoria una anécdota que me pasó hace muchos años…Un día llegué a la tortillería antes de pasar por mis hijos a la primaria. Estaba una fila enorme porque en esos tiempos todo el mundo las compraba en la tortillería, no repartían a las tienditas,  vi a varias señoras platicando en bolita, así que me puse atrás de un señor que creí era la cola, pero dudé un poco y para no verme gandaya le toqué el hombro  y le pregunté ¿ésta es la cola? El señor volteó inmediatamente, y con cara picaresca me contestó:
 – no señorita la cola esta aquí abajo- dándose una palmada en las pompis. Me quedé sorprendida,  y muy seria le di las gracias. Pasaron como diez minutos y estaba a punto de llegar a que me atendieran, cuando solté la carcajada y no me podía controlar de la risa que me daba. Toda la gente que estaba atrás de mí, me miraba asombrada y yo no podía darles una explicación. Así, que me tuve que retirar sin mis tortillas. Y muerta de la risa...
Volviendo al punto. Pensé, en lo acostumbrados que estamos de hacer filas para una gran infinidad de cosas, que son necesarias, en nuestra vida rutinaria. Mientras llegaba mi turno para las tortillas, pensé en este asunto. Traté de recordar el día de ayer, cuántas filas tuve que hacer durante el día. Empecé con el pago del cable, eran como unas 15 personas delante de mí, después de por lo menos 20 minutos llegó mi turno. De ahí pasé al cajero pues necesitaba efectivo para algunas verduras del mercado sobre ruedas. Eran como 20 personas, porque es fin de mes y están cobrando sus pensiones,  a algunas personas les depositan en tarjeta su sueldo y más o menos fue rápido el avance. Después, pasé por la terminal de autobuses para preguntar sobre los horarios  y fueron 8 o 10 personas las que estaban delante de mí, ni modo  ya llegará mi turno. Salí después de un rato y traía algo de hambre , llegué a los tacos de la güera y la espera fue de unos diez minutos, pues tenía varias órdenes antes de la mía. Salí ya más tranquila y llegué a la gasolinera, la fila fue de 4 carros,  pero, tardé como si fueran 10, pues tenían poco personal para atender. Me apuré, porque tenía que pasar al cine, a comprar los boletos que mi hijo me encargó, pues estaba trabajando  y quería llevar a su esposa al cine en la tarde. Para empezar, el estacionamiento estaba bastante saturado y la fila fue muy lenta, después la fila de la taquilla fue peor , pero  ni modo. Salí del estacionamiento haciendo fila y  para pasar la calle que estaban reparando, la fila se hace muy estrecha y lenta, pero después de varias mamases (expresión educada de madres) logré salir de ahí. Me fui directo a la casa y cuando pasé por donde está Verificación Vehicular¡no manches! Como dirían mis hijos, la fila estaba como de 10 cuadras ¡en serio!. Lo bueno que ya saqué las placas de mi camioneta  sino, ahí estuviera en el solazo, así que ni modo, seguiremos haciendo fila mientras existamos, (filas en el seguro social, aeropuerto, cobros, retenes, para pasar a estados unidos).  Espero que San Pedro nos dé una credencial de sentri para pasar rápido cuando nos toque.   

HASTA LA PRÓXIMA

LA PATRUZKI
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